Nada más atravesar la puerta del diseñador ibicenco Tony Bonet, te sientes en casa. El ambiente que destila este espacio íntimo y oculto, con una tenue música de fondo, te transporta a otro tiempo que nada entre el pasado y el futuro. Tony Bonet tiene un estilo muy propio y marcado que le hace diferente, consiguiendo crear diseños únicos y muy especiales que irradian pasión, placer y trabajo.
Este “enfant terrible” de la moda ibicenca es sin duda una figura consolidada que lleva más de 20 años conjugando la filosofía Adlib y sorprendiendo con cada nueva colección a la que da vida. El diseñador ibicenco nos desvela que “nunca comienzo desde cero, siempre me remonto al origen de Adlib y juego con las mezclas, con las influencias y con las nuevas tendencias. Mis ideas hacen el resto”.
Bajo el lema de que “los polos opuestos se atraen”, el diseñador crea piezas vanguardistas que están inspiradas en el rock-pop y que combina con otros estilos como el barroco o el rococó. En sus colecciones desarrolla una nueva forma de trabajar las puntillas, creando nuevos patrones, formas y bases de colores. Su espacio de trabajo está repleto de girasoles y de caracolas y, de hecho, el taller huele a esta flor que sirve al diseñador de inspiración y que utiliza en muchas ocasiones como complemento decorativo sobre la pasarela.